Evacuaciones y detonación controlada sin víctimas
Una volqueta acondicionada para lanzar tatucos fue abandonada en el barrio Prados de Alcalá, en Tunja, a pocos metros del Batallón Simón Bolívar. La alerta ciudadana y la reacción de Ejército y Policía activaron protocolos de evacuación y acordonamiento.
De acuerdo con los primeros reportes, el vehículo fue atravesado en una calle cercana a la unidad militar hacia las 5:00 a. m. y presentaba una plataforma no convencional para el lanzamiento de cilindros, conocidos como tatucos. Las autoridades contabilizaron 24 artefactos en la estructura.
La zona fue evacuada y se impuso un cordón de seguridad que abarcó varias cuadras. Técnicos antiexplosivos iniciaron la desactivación gradual; en el proceso se realizaron explosiones controladas que generaron pánico entre residentes. En el interior del batallón se reportaron afectaciones estructurales y daños a un vehículo militar, mientras continuaban labores para revisar residuos de material explosivo. Dos uniformados habrían resultado lesionados de manera leve, según reportes de prensa.
Fuentes regionales indicaron que la volqueta habría sido adquirida días antes y cargada de arena para camuflar la instalación de los artefactos, ensamble que se habría hecho en la zona urbana. Estas hipótesis son materia de investigación. El Gobierno departamental y el Ministerio de Defensa anunciaron recompensas de hasta 100–200 millones de pesos para obtener información que permita identificar a los autores del intento de atentado. El hecho ocurre semanas después de otros ataques con explosivos en el suroccidente del país, lo que refuerza la alerta sobre el uso de volquetas y camiones como plataformas de lanzamiento artesanal.
En la capital boyacense permanecen patrullajes y cierres preventivos mientras continúan peritajes y entrevistas a testigos, incluidos videos de cámaras y publicaciones en redes sobre el abandono del vehículo.
Las operaciones de inteligencia se centran en establecer rutas, financiación y posibles conexiones con estructuras armadas que han replicado métodos similares. Autoridades llaman a la ciudadanía a reportar movimientos sospechosos.
Tunja ajusta protocolos de seguridad y apoyo psicosocial a vecinos del sector, mientras el caso avanza bajo reserva. El tema sigue en desarrollo.
