Home / Actualidad / Vitamina A: efectos del consumo regular

Vitamina A: efectos del consumo regular

Beneficios clave y advertencias médicas

La vitamina A cumple funciones esenciales en el organismo: participa en la visión (rodopsina), la inmunidad e integridad de la piel y mucosas; su déficit puede llevar de la ceguera nocturna a la xeroftalmia y, en casos graves, a ceguera permanente. La nota de Infobae resume hallazgos y recomendaciones citando fuentes sanitarias y académicas, y subraya que el consumo debe ubicarse dentro de márgenes seguros para evitar toxicidad, especialmente por su carácter liposoluble y acumulable en hígado y tejido graso.

Entre los beneficios más descritos del aporte adecuado están la visión en baja luz (por su rol en la rodopsina), el soporte del sistema inmune y la salud de la piel por su papel en el crecimiento y reparación celular. El artículo recuerda que la dermatología usa retinoides (derivados de vitamina A) para acné y fotoenvejecimiento, mientras que en reproducción y embarazo participa del desarrollo fetal; sin embargo, se advierte contra los excesos.

Las ingestas diarias recomendadas (IDR), expresadas como μg de equivalentes de actividad de retinol (RAE), se sitúan en 900 μg RAE para hombres adultos y 700 μg RAE para mujeres, con aumentos en embarazo (750–770 μg) y lactancia (1200–1300 μg), según el NIH (ODS). Estos valores ayudan a orientar dietas y a evitar tanto déficit como exceso.

Importa distinguir formas dietarias: la vitamina A preformada (retinol/ésteres) aparece en alimentos de origen animal como hígado, lácteos y yema; se absorbe directamente. La provitamina A (p. ej., betacaroteno) se encuentra en vegetales anaranjados y de hoja verde (zanahoria, batata/camote, espinaca, col rizada, melón) y requiere conversión interna. Esta diferencia influye en la biodisponibilidad y en el riesgo de toxicidad (más asociado al exceso de preformada vía suplementos).

El exceso crónico (hipervitaminosis A) se vincula con visión borrosa, náuseas, cefalea, daño hepático y aumento de presión intracraneal; el riesgo es mayor con suplementos de retinol y en embarazo por potenciales malformaciones si se superan límites. El UL (límite superior tolerable) para vitamina A preformada en adultos es 3000 μg RAE/día, referencia relevante para quienes usan suplementos multivitamínicos.

En el otro extremo, la deficiencia persiste en poblaciones vulnerables y puede causar ceguera nocturna y lesiones oculares que derivan en xeroftalmia; la OMS estima que 250.000 – 500.000 niños con déficit quedan ciegos cada año, con elevada mortalidad al año siguiente. En contextos con dieta variada es infrecuente, pero puede aparecer en malabsorción o fibrosis quística.

En la práctica alimentaria, priorizar fuentes naturales es una estrategia segura: hígado (muy alto en retinol), camote/batata, espinaca, zanahoria, lácteos, huevo y pescados grasos aportan vitamina A o precursores. Para plant-based, el foco está en carotenoides que el organismo convierte según necesidad; cocinar y añadir grasas saludables puede mejorar la absorción de carotenoides.

Vitamina A: cuánto, cómo y por qué. Mantenerse dentro de las IDR y preferir alimentos reales reduce riesgo de déficit y de toxicidad. En caso de suplementación o embarazo, consulta con un profesional.

Deje un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *