La prenda combina sensores, electrodos y algoritmos para vigilar el pie y devolver sensibilidad parcial

Un nuevo calcetín inteligente, apodado “Leia”, promete cambiar la prevención del pie diabético al integrar sensores textiles, electrodos y algoritmos de inteligencia artificial que monitorean el pie en tiempo real, restauran parcialmente la función nerviosa mediante estimulación no invasiva y reducen el dolor crónico en personas con neuropatía diabética.
La pieza, presentada por medios especializados en tecnología sanitaria, lleva la computación directamente a la prenda, con electrónica flexible y un módulo que procesa las señales para traducirlas en estímulos hápticos dirigidos.
A diferencia de los monitores de glucosa o plantillas de presión tradicionales, el calcetín hace dos cosas a la vez: detecta condiciones de riesgo (puntos de presión, cambios térmicos o patrones de marcha anómalos) y aplica micro-estimulación para que el usuario recupere percepción del suelo y mejore su equilibrio.
Este enfoque neuroprotésico ya había sido explorado por grupos académicos europeos y spin-offs como MYNERVA vinculados a ETH Zúrich, que investigan cómo devolver sensaciones en la extremidad y mitigar dolor fantasma en amputados mediante IA y estimulación eléctrica.
Según reseñas tecnológicas, la app complementaria permite personalizar la intensidad de los estímulos y recibir alertas cuando el sistema detecta patrones compatibles con inflamación o fricción sostenida, precursores de la úlcera plantar diabética—lesión que antecede a la mayoría de amputaciones no traumáticas. La promesa es intervenir antes: si el paciente descarga peso, cambia el calzado o descansa, puede cortar la cascada de daño tisular que suele terminar en quirófano.
La evidencia científica acumulada sobre calcetines sensorizados apoya el principio: estudios recientes muestran prototipos que combinan sensores de temperatura, presión y oxígeno para identificar zonas peligrosas y enviar avisos al usuario. Otros trabajos exploran textiles con EMG distal para estimar actividad muscular y ajustar la estimulación en tiempo real, ampliando la precisión del feedback. Aunque son líneas distintas, convergen en un mismo objetivo: prevenir úlceras y, con ello, evitar amputaciones.
En Colombia, la carga del pie diabético es relevante: documentos del Ministerio de Salud y revisiones locales recuerdan que una alta proporción de amputaciones está precedida por úlceras y que la prevalencia de diabetes supera 1,4 millones de casos reportados en 2021, con focos en Bogotá, Antioquia y Valle. Para el sistema sanitario, detectar temprano y educar en el autocuidado ahorra hospitalizaciones y mejora calidad de vida.
De adoptarse, soluciones como Leia podrían acompañar protocolos de pie diabético existentes—tamizaje con monofilamento, inspección diaria del pie y educación en calzado—añadiendo datos continuos y actuación inmediata. No sustituyen al equipo médico: lo potencian, conectando domicilio-clínica con métricas objetivas y un historial de riesgo para ajustar tratamientos.
Los especialistas insisten en un despliegue prudente: validaciones en población local, costos, accesibilidad y adherencia son claves para que la tecnología realmente baje amputaciones. Mientras llegan estudios multicéntricos, el mensaje no cambia: revisar los pies a diario, controlar glucosa y consultar ante lesiones mínimas; la tecnología puede ser el sensor extra que faltaba.
En Colombia y Latinoamérica, la prevención del pie diabético requiere educación constante y tecnologías que alerten a tiempo. Si convives con diabetes, consulta a tu médico sobre dispositivos portables y protocolos de cuidado del pie.



