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Petro autoriza bombardeo contra cabecilla disidente en Arauca

Ofensiva militar golpea estructura de Antonio Medina

Las Fuerzas Militares de Colombia ejecutaron un bombardeo de alta precisión en el departamento de Arauca, en la zona fronteriza con Venezuela, dirigido contra estructuras disidentes de las FARC bajo el mando de alias Antonio Medina. La operación fue autorizada directamente por el presidente Gustavo Petro durante la ceremonia de conmemoración de los 134 años de la Policía Nacional.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, confirmó que el objetivo principal es neutralizar la grave amenaza que persiste contra la población civil en la región. Antonio Medina, cuyo nombre real es Omar Pardo Galeano, es identificado como cabecilla del Frente 28 de las disidencias y considerado uno de los principales capos del narcotráfico que operan en Arauca.

Según información oficial, esta operación marca el decimotercer bombardeo autorizado por el gobierno de Petro desde agosto de 2022, siendo ocho de ellos ejecutados en 2025. La acción militar forma parte de una ofensiva más amplia contra las estructuras del Estado Mayor Central lideradas por Iván Mordisco.

Omar Pardo Galeano, conocido en el mundo criminal como Antonio Medina, lidera el Frente 28 de las disidencias de las FARC, una de las facciones más activas en la frontera colombo-venezolana. Su trayectoria se remonta a su pertenencia a las extintas FARC, organización de la que se desmovilizó antes de asumir el liderazgo de esta subestructura que rechazó el acuerdo de paz firmado en 2016.

El ministro de Defensa detalló que Antonio Medina es el hombre de confianza de alias Iván Mordisco, máximo líder del Estado Mayor Central de las disidencias. Su estructura ha sido blanco de operaciones militares constantes, con una intensificación notable durante 2025. La influencia de Medina se extiende principalmente sobre el departamento de Arauca, con operaciones que alcanzan Casanare y campamentos instalados en territorio venezolano.

Las actividades criminales atribuidas a este cabecilla abarcan un amplio espectro delictivo. Las autoridades lo responsabilizan de extorsiones sistemáticas a ganaderos y propietarios de fincas, secuestros, ataques armados contra la fuerza pública y la expansión de operaciones ilícitas hacia Venezuela. Su vinculación con el narcotráfico lo posiciona como uno de los objetivos prioritarios en la lucha contra el crimen organizado en la región.

La operación en Arauca se desarrolló en la zona rural de Tame con el despliegue de fuerzas especiales y bombardeos de alta precisión. El presidente Petro enfatizó durante su discurso que los bombardeos son de decisión presidencial por tratarse de operaciones riesgosas que, en caso de falla de la inteligencia militar, pueden afectar a menores de edad reclutados por los grupos armados.

Este operativo se suma a otro bombardeo ejecutado días antes en el departamento de Guaviare, también contra estructuras de Iván Mordisco, en el que murieron al menos 19 integrantes de las disidencias. En aquella operación se incautaron cinco ametralladoras, 23 fusiles, seis armas cortas, tres morteros, 73 granadas, 50 artefactos explosivos y más de 59,000 municiones de diferentes calibres.

El contexto de violencia interna en la organización también marca la situación actual. Tras la muerte de su expareja sentimental, alias Alexa, a manos del Ejército en abril de 2025, Medina inició una serie de represalias internas contra miembros de su propio anillo de seguridad. Alexa, quien había sido reclutada a los 15 años, murió en combates en Samacá, Casanare, y la inteligencia sugiere que su ubicación fue facilitada por miembros del grupo a cambio de dinero.

El presidente Petro advirtió sobre la complejidad de las operaciones en departamentos limítrofes con Venezuela, señalando que estos territorios facilitan la huida de los delincuentes hacia el país vecino. Durante su intervención, también destacó la captura de dos irlandeses requeridos por Interpol en Medellín, señalados de pertenecer a una red transnacional de tráfico de drogas articulada con el Clan del Golfo.

La ofensiva militar en Arauca representa un giro en la estrategia de seguridad del gobierno colombiano frente a las disidencias de las FARC. El aumento de operaciones militares refleja el endurecimiento de la postura oficial después de que la mayor parte de la disidencia abandonara el año pasado la mesa de negociación de paz, lo que provocó el levantamiento del cese al fuego bilateral y la agudización de los enfrentamientos.

Las autoridades continúan consolidando la información sobre los resultados del bombardeo, mientras la operación sigue en desarrollo. La cooperación internacional, especialmente con Estados Unidos, mantiene un papel relevante en el suministro de inteligencia para este tipo de operaciones de alto impacto contra estructuras del narcotráfico y el terrorismo en la región fronteriza.

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