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Ambulancia pirata, clave en robo millonario

Investigación destapa red criminal en vía Bogotá

El violento robo registrado esta semana en la vía Bogotá–Mondoñedo sigue dando de qué hablar y ahora se enfoca en una pieza clave: la ambulancia que fue usada como fachada para detener el tráfico y facilitar el atraco a un tractocamión cargado con computadores, televisores y cámaras, mercancía avaluada en más de 2.000 millones de pesos. El caso, captado en video por ciudadanos y ciclistas que pasaban por la zona, dejó en evidencia el modus operandi de una banda que convirtió una supuesta emergencia médica en el escenario perfecto para ejecutar un golpe millonario.

En las imágenes se observa cómo una motocicleta se desploma en medio de la calzada, simulando un accidente. Segundos después aparece la ambulancia, se estaciona atravesada sobre la vía y varios hombres comienzan a rodear los vehículos que se detienen, entre ellos el tractocamión que llevaba el cargamento tecnológico. De acuerdo con investigaciones reveladas por El Tiempo y otros medios, detrás del vehículo de emergencia se movilizaba una camioneta y varias motos con hombres armados, lo que refuerza la hipótesis de una acción coordinada y planificada con antelación.

Aunque la Policía de Tránsito y Transporte reaccionó con rapidez, logró recuperar tanto el tractocamión como la mercancía, pero los responsables alcanzaron a huir y hasta el momento no han sido capturados. Los videos difundidos en redes sociales se convirtieron en la principal fuente de prueba para las autoridades, que han venido extrayendo detalles de las placas de la ambulancia, de las motos y de la camioneta usada como apoyo, a fin de reconstruir la ruta de escape de la banda y establecer si está involucrada en otros hechos similares en corredores nacionales de Cundinamarca.

La historia de la ambulancia, sin embargo, abrió un nuevo frente de investigación. Según la reconstrucción hecha a partir de registros de tránsito y reportes oficiales, el vehículo está matriculado en el municipio de Cota (Cundinamarca) y presenta antecedentes de dos accidentes de tránsito, uno en 2015 y otro en 2020. Esa trazabilidad permitió identificar a personas relacionadas con la matrícula, entre ellas Sergio Andrés Vargas Vivas, quien aparece vinculado a la ambulancia en los documentos oficiales.

Vargas explicó a El Tiempo que la ambulancia ya no estaba en su poder desde 2023, año en el que la vendió a un hombre identificado como Wilmer Yesid Jiménez Ardila, pero reconoció que el traspaso nunca se formalizó porque este aún le debía parte del dinero. En versiones entregadas a la prensa, el antiguo propietario afirmó que Jiménez “se desapareció” hace varios meses y que la última vez que lo vio fue en una conciliación por un choque con otro vehículo, lo que hoy complica aún más el rastro del automotor.

El exdueño aseguró además que las autoridades le notificaron que la ambulancia ya no prestaba servicios formales de emergencia, sino que estaría operando como vehículo “pirata”, es decir, funcionando por fuera de los controles de la red oficial de salud y sin cumplir los requisitos para transporte asistencial. Esa situación no solo agrava el caso puntual del robo, sino que enciende las alarmas sobre un posible mercado paralelo de ambulancias usadas para fines irregulares, desde transporte informal de pacientes hasta apoyo en actividades delictivas en los alrededores de Bogotá.

El caso se suma a otros escándalos recientes que han puesto bajo la lupa el negocio de las ambulancias en la capital y en Cundinamarca, incluyendo denuncias por vehículos que no cumplen la normatividad técnica, accidentes donde han resultado implicadas ambulancias y la llamada “guerra del SOAT”, en la que algunos operadores compiten de manera agresiva por recoger heridos y facturar atenciones. Para expertos en seguridad vial consultados por distintos medios, este episodio en la vía Bogotá–Mondoñedo confirma que la falta de control, la tercerización y los vacíos de información entre autoridades de salud y tránsito se convierten en un terreno fértil para que estructuras criminales aprovechen vehículos de emergencia como fachada.

Las autoridades de Cundinamarca y Bogotá anunciaron que reforzarán los controles sobre la vía Bogotá–Mondoñedo y otros corredores como la vía Girardot–Mondoñedo, con más cámaras, lectura de placas y cruces de información con las bases de datos del sector salud para verificar en tiempo real la legalidad de cada ambulancia que circula. Mientras avanza la investigación, el caso de la “ambulancia pirata” usada para un robo millonario se convierte en una advertencia para transportadores y viajeros que transitan a diario por esta ruta estratégica, y reaviva el debate sobre cómo blindar el sistema de emergencias para que los vehículos diseñados para salvar vidas no terminen al servicio de la delincuencia organizada.

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