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Indignación en Suba por niño abandonado

Vecinos alertaron al ver al menor solo

En un barrio residencial de la localidad de Suba, al norte de Bogotá, la rutina de la tarde se vio interrumpida por la voz de un niño de 8 años que pedía ayuda desde una ventana en un tercer piso. De acuerdo con el reporte de la Policía Nacional, el menor llevaba varias horas solo dentro de la vivienda y estaba hambriento, por lo que comenzó a pedir comida a sus vecinos, quienes se alarmaron al notar que no había ningún adulto a cargo. La escena rápidamente encendió las alarmas de la comunidad, que llamó a la línea de emergencias para pedir la intervención de las autoridades.

La Seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana de Bogotá llegó al lugar y encontró al niño asomado de forma riesgosa por la ventana, en un piso alto, lo que aumentaba el riesgo de una caída. Los uniformados aseguraron el perímetro e iniciaron un procedimiento de rescate para ingresar a la vivienda, verificar las condiciones del inmueble y salvaguardar al menor. El operativo se desarrolló con apoyo de vecinos, quienes guiaron a las autoridades hasta el apartamento desde donde el niño pedía auxilio.

Según el relato de habitantes del sector, el menor habría tocado varias puertas pidiendo comida, lo que llamó la atención por la hora y por la ausencia de cualquier adulto acompañándolo. Algunos residentes grabaron videos y tomaron fotografías que circularon en grupos de mensajería del barrio, aumentando la preocupación por la posible situación de abandono. Esa presión comunitaria fue clave para que la denuncia llegara rápido a las autoridades y se activara el protocolo de atención a infancia y adolescencia.

Una vez dentro de la vivienda, los policías encontraron un panorama que reforzó las sospechas de descuido. El reporte señala que el apartamento presentaba condiciones deficientes de higiene y desorden significativo, factores que, sumados a la soledad del niño, no cumplían con los mínimos para garantizar su bienestar. El menor les contó a los uniformados que estaba solo desde que había salido del colegio, varias horas antes, y que nadie había regresado a casa para encargarse de él.

Al no encontrar en el lugar a ningún familiar, acudiente o persona responsable, la Policía dio aviso a la autoridad administrativa competente para el restablecimiento de derechos. Como se hace en estos casos, el niño fue dejado bajo protección institucional mientras se adelanta la verificación de su entorno familiar, las razones por las que estaba solo y las posibles responsabilidades penales o administrativas en las que hayan incurrido sus cuidadores. El proceso podría incluir la intervención de comisarías de familia y del sistema de protección a la niñez.

Datos del Concejo de Bogotá señalan que, solo en 2025, ya se han reportado más de 8.700 denuncias por violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes en la ciudad. A esto se suman 7.824 casos de violencia intrafamiliar con menores como víctimas directas, atendidos por las comisarías de familia entre enero y julio de este año. El caso de Suba se inserta en ese contexto preocupante de violencia y abandono infantil.

Las cifras de maltrato infantil en Bogotá muestran una tendencia al alza. Según datos del Distrito citados en la nota, la tasa de maltrato a menores prácticamente se duplicó entre 2020 y 2023, pasando de 8,2 a 17,2 casos por cada mil niños, niñas y adolescentes. Expertos en protección de infancia advierten que detrás de cada número hay situaciones complejas de pobreza, sobrecarga de cuidados, consumo de sustancias y conflictos intrafamiliares, que hacen que muchos menores queden expuestos, como en este caso, a largos periodos de soledad y descuido.

Mientras se adelanta la investigación sobre lo ocurrido en este apartamento de Suba, la comunidad del sector insiste en que el episodio debe servir como llamado de atención. Para los vecinos, el hecho de que un niño de 8 años haya tenido que pedir comida y ayuda desde una ventana refleja la necesidad de fortalecer las redes de apoyo entre familias, instituciones educativas y autoridades locales, de modo que señales de riesgo como ausencias recurrentes de cuidadores o gritos de auxilio no pasen inadvertidas.

El caso del niño de 8 años abandonado en una vivienda de Suba reabre el debate sobre el abandono infantil en Bogotá y la responsabilidad de las familias y del Estado en la protección de la niñez. Mientras el menor permanece bajo protección de las autoridades y se define su situación, organizaciones sociales y expertos insisten en la importancia de denunciar cualquier sospecha de maltrato o descuido, especialmente en barrios residenciales donde el entorno comunitario puede ser clave para salvar vidas. En una ciudad que registra miles de casos de violencia contra niños cada año, fortalecer las rutas de atención y los mecanismos de prevención en localidades como Suba es fundamental para garantizar derechos y evitar nuevas historias de abandono.

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