Trump pide evitar “todo vuelo” sobre Venezuela
El 29 de noviembre de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, publicó en su red social que el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela debía considerarse “cerrado en su totalidad”.
La declaración, destinada a “aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas”, generó incógnitas: no se acompañó de detalles sobre medidas concretas, horarios, ni alcances jurisdiccionales.
Desde Caracas, el gobierno venezolano reaccionó con dureza, calificando la orden como “un acto hostil, unilateral y arbitrario” que socava su soberanía y viola el derecho internacional.
Varios países de la región comenzaron a revisar de inmediato sus operaciones aéreas hacia y desde Venezuela. Algunas aerolíneas internacionales anunciaron suspensiones temporales de vuelos y reevaluaciones de rutas hacia Caracas, lo que generó inquietud entre pasajeros y comunidades migrantes.
La medida se da en el contexto de una ofensiva de Estados Unidos contra el narcotráfico en el Caribe y el Atlántico, con una escalada de acciones militares que incluyen ataques navales a embarcaciones señaladas como vinculadas al tráfico ilegal.
El anuncio de Trump —sin respaldo público de un mandato legal o resolución internacional— genera dudas entre expertos en derecho internacional y aviación sobre su validez jurídica: cada país tiene soberanía sobre su espacio aéreo, y no está claro cómo funcionaría una “zona cerrada” decretada por EE. UU.
Desde la administración venezolana, la reacción incluyó la cancelación de los vuelos de deportación acordados con Estados Unidos este año, como parte del programa de retorno de migrantes.
Al mismo tiempo, Caracas convocó a la comunidad internacional, incluidos organismos multilaterales, para rechazar lo que considera una violación a la integridad territorial y una amenaza a la paz regional.
La movilización militar en la región, con presencia naval estadounidense en el Caribe y operaciones recurrentes contra embarcaciones acusadas de narcotráfico, ha elevado la tensión diplomática y generado temor sobre posibles escenarios de confrontación abierta.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela: algunos países han expresado su preocupación por el precedente que supone declarar un espacio aéreo cerrado sin coordinación internacional, lo que puede vulnerar las normas de aviación civil y soberanía estatal.
El anuncio de Trump de cerrar el espacio aéreo de Venezuela marca un punto de inflexión en la crisis diplomática entre ambos países. Aunque aún no existen detalles operacionales claros, la medida ya genera incertidumbre en viajeros, aerolíneas y gobiernos de la región. Para Venezuela, representa una declaración de agresión; para Estados Unidos, un nuevo capítulo de su estrategia antinarcóticos. Las próximas horas serán clave para determinar si esta orden se traduce en acciones concretas o queda como una advertencia retórica con consecuencias simbólicas.
