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Dani Alves ahora predica en iglesia española

Exfutbolista brasileño se convierte en predicador evangelista

El exfutbolista brasileño Dani Alves ha protagonizado una transformación que ha generado reacciones encontradas en el mundo del deporte y las redes sociales. A finales de octubre de 2025, el jugador que conquistó 43 títulos durante su carrera apareció predicando en la iglesia evangélica Elim de Girona, España, marcando un giro radical en su vida pública.

Videos difundidos en plataformas digitales muestran al exdefensor del Barcelona con micrófono en mano, compartiendo testimonio de fe ante decenas de feligreses. Su aparición ocurre menos de un año después de ser absuelto de una condena por agresión sexual que lo mantuvo en prisión preventiva durante 14 meses.

La conversión religiosa de Alves ha desatado debate sobre redención, justicia y el papel de la riqueza en los procesos judiciales. El brasileño, que perdió contratos millonarios tras el escándalo, ahora se presenta en redes sociales como “discípulo de Cristo Jesús” y comparte regularmente versículos bíblicos con sus 35 millones de seguidores.

La noche del 30 de diciembre de 2022 marcó el punto de inflexión en la vida de Dani Alves. Tras participar en el Mundial de Qatar con la selección brasileña, el jugador acudió a la discoteca Sutton de Barcelona, donde ocurrió el incidente que cambiaría su destino. Una joven de 23 años lo denunció por agresión sexual, iniciando un proceso judicial que derivó en su arresto en enero de 2023.

Durante la investigación, Alves cayó en múltiples contradicciones. Inicialmente negó conocer a la víctima, luego afirmó que el encuentro había sido consensuado. En febrero de 2024, la Audiencia Provincial de Barcelona lo condenó a cuatro años y medio de prisión. La Fiscalía había solicitado nueve años de cárcel por los hechos ocurridos en el reservado del establecimiento nocturno.

Las consecuencias económicas fueron inmediatas y devastadoras. El club Pumas de México, donde militaba en ese momento, rescindió su contrato, provocándole una pérdida cercana a los 2.1 millones de dólares en salarios. Tres firmas deportivas cancelaron sus acuerdos publicitarios, eliminando ingresos estimados entre 30 mil y 50 mil euros mensuales por derechos de imagen.

Sus cuentas bancarias en Brasil y España fueron congeladas, aunque su patrimonio se estimaba en 55 millones de euros. La caída del jugador que alguna vez fue considerado el lateral derecho más laureado de la historia fue vertiginosa. De los campos del Camp Nou y el Parque de los Príncipes a la prisión de Brians 2, la realidad de Alves cambió drásticamente.

El 25 de marzo de 2024 llegó un respiro inesperado. La Audiencia de Barcelona le concedió libertad condicional tras el pago de una fianza de un millón de euros, entrega de pasaportes y comparecencias semanales obligatorias. La decisión generó indignación en la abogada de la víctima, Ester García, quien denunció públicamente que se trataba de “justicia para ricos” y transmitía un “sentimiento de impunidad”.

El desenlace judicial tomó otro giro en marzo de 2025, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña anuló por unanimidad la condena original. Los magistrados detectaron “vacíos, imprecisiones, inconsistencias y contradicciones” en las pruebas presentadas durante el juicio. La decisión permitió a Alves recuperar sus pasaportes y libertad de movimiento, aunque tanto la víctima como la Fiscalía del Tribunal Supremo presentaron recursos en mayo argumentando que la sentencia fue “absolutamente arbitraria e injusta”.

Durante este período turbulento, Alves encontró refugio en la fe evangélica. Según sus propias declaraciones en la iglesia de Girona, estableció un “pacto con Dios” mientras permanecía encarcelado. En su testimonio, el brasileño afirmó que prometió servir a Dios a cambio de que protegiera a su familia y a quienes no lo abandonaron en los momentos más oscuros.

La transformación de Dani Alves plantea interrogantes sobre la naturaleza de la redención pública y el perdón social. Mientras algunos ven en su conversión un gesto genuino de cambio, otros cuestionan si se trata de una estrategia de rehabilitación de imagen. El debate permanece abierto en un caso que combina elementos de justicia, privilegio económico y búsqueda espiritual.

El brasileño, ahora padre de una niña nacida mediante fecundación in vitro con su esposa Joana Sanz, ha cerrado capítulos dolorosos de su vida, incluida la imposibilidad de ver a sus dos hijos del primer matrimonio debido al acoso escolar que sufrieron por el escándalo. Su nueva identidad como predicador evangelista representa un cambio radical cuyas implicaciones seguirán generando conversación en los próximos meses.

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