Más del 70 % de aviones, en tierra
La aerolínea explicó que dejará de vender tiquetes nuevos para vuelos programados hasta el 8 de diciembre, con el objetivo de concentrarse en atender a los viajeros que ya tienen reservas emitidas y mitigar el impacto de la inmovilización de aeronaves. Esto significa que, aunque los vuelos seguirán operando con los equipos disponibles, la capacidad será limitada y priorizada para quienes compraron con anticipación. La compañía advirtió que, en los próximos días, los pasajeros podrían enfrentar mayores tiempos de espera en canales de atención, así como cambios en horarios, rutas y conexiones.
En su comunicado, Avianca detalló que la instrucción de Airbus se centra en una actualización de software de la computadora de control de vuelo, un sistema que procesa información esencial para el comportamiento de la aeronave. La recomendación del fabricante y de las autoridades de seguridad aérea es que cada avión permanezca en tierra hasta completar la modificación y las pruebas asociadas. Por tratarse del modelo más utilizado en rutas domésticas y regionales, la medida tiene efectos inmediatos en la conectividad entre ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena, entre otras.
La Aeronáutica Civil de Colombia ha acompañado la implementación de la alerta global, en coordinación con Airbus y la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), y ha recalcado que se trata de una acción preventiva orientada a garantizar la seguridad operacional. Según las autoridades, la vulnerabilidad detectada en el software podría, en escenarios extremos, generar lecturas erróneas o comportamientos inesperados en los comandos de vuelo, razón por la cual se ordenó la revisión inmediata de la flota.
Para los viajeros, el principal efecto se verá en la disponibilidad de sillas y en los tiempos de reacomodación. Avianca informó que está utilizando la flota no afectada, incluyendo aeronaves de otros modelos y aviones de respaldo, para mantener parte de su operación en rutas clave. No obstante, reconoció que será imposible evitar todas las cancelaciones, especialmente en horarios de alta demanda y en trayectos con múltiples frecuencias diarias, como Bogotá–Medellín, Bogotá–Cali o Bogotá–Barranquilla.
La aerolínea reiteró que los clientes con reserva confirmada recibirán notificaciones directas por los canales registrados (correo electrónico, mensajes de texto y aplicación móvil), donde se les informará si su vuelo mantiene la programación inicial o si requiere modificaciones. En caso de cambios, la compañía ofrecerá opciones de reacomodación sin cobro de penalidad, reembolsos o la posibilidad de usar el valor del tiquete en futuras compras, según las políticas vigentes y las restricciones de cada tarifa.
En paralelo, los aeropuertos del país se preparan para gestionar el aumento de consultas y quejas de usuarios. En terminales como El Dorado, en Bogotá, y José María Córdova, en Rionegro, se espera un incremento de filas en mostradores de servicio al cliente y en puntos de información, por lo que las autoridades aeroportuarias han recomendado llegar con más tiempo de anticipación y, en lo posible, confirmar el estado del vuelo antes de desplazarse. Las terminales también prevén ajustes en programación de slots y manejo de posiciones de parqueo para acomodar los aviones que estarán inmovilizados durante la actualización.
El impacto no se limitará a los viajeros de turismo. El transporte aéreo de negocios, las conexiones para carga ligera y los desplazamientos internos de conectividad regional también se verán afectados. Para algunas ciudades que dependen en gran medida de la operación de Avianca para la llegada de visitantes, la decisión puede traducirse en una menor ocupación hotelera, cambios en agendas de eventos y ajustes en planes empresariales. Analistas del sector aerocomercial advierten, además, que la reducción de oferta en el corto plazo podría presionar al alza las tarifas en rutas donde otras aerolíneas tienen menor capacidad de respuesta.






