El joven trabajaba en bienestar para fans y relató cómo fue su salida en plena gira mundial
Durante la mayor parte de 2025, el nombre de Tarik Mebarak se hizo habitual entre los seguidores más atentos de Shakira. El sobrino de la artista barranquillera se integró al staff de la gira mundial “Las mujeres ya no lloran”, acompañando a la cantante en conciertos por América y Europa. Desde los camerinos hasta las zonas de acceso restringido para el público, su trabajo se movía lejos de los reflectores, pero formaba parte de la maquinaria que sostiene una de las giras más importantes para una artista latina.
Su rol estaba centrado en el área de bienestar para los fans, una función clave en un tour que convoca a decenas de miles de personas por noche. Allí, según explicó el propio Tarik, debía ocuparse de que la experiencia del público fuera segura, ordenada y “memorable”, desde los ingresos al recinto hasta los espacios VIP y encuentros especiales. Se trataba de una responsabilidad que conectaba directamente con la reputación del espectáculo y con la imagen de Shakira frente a sus seguidores más fieles, muchos de ellos colombianos que la han acompañado desde sus primeros discos.
Sin embargo, semanas antes del cierre del calendario de presentaciones en Estados Unidos, la dinámica cambió. Tarik relató en una entrevista con el medio español Vanitatis que fue informado de que no continuaría en el equipo técnico. De acuerdo con su versión, la decisión vino después de que sus superiores consideraran que su forma de manejarse en un entorno tan intenso no se ajustaba del todo a lo esperado. “Eran mis primeras veces con una gira así de loca”, confesó, al describir el nivel de presión que vive el personal tras bambalinas en un tour de estadios.
En sus declaraciones, el joven de 25 años insistió en que cumplió con sus tareas, pero reconoció que la exigencia interna es alta. Según contó, a Shakira no le convencía completamente la manera en que él se desenvolvía en ese ambiente y, finalmente, “decidió que no volvía”. La frase, que se ha viralizado en redes, abrió discusiones entre fans y observadores de la industria sobre la delgada línea entre la confianza familiar y la disciplina profesional que se maneja en proyectos de esa magnitud.
La salida fue sorpresiva para muchos, especialmente porque Tarik hacía parte del círculo íntimo de la cantante. Es hijo de Tonino Mebarak, hermano mayor y hombre de confianza de Shakira desde sus primeros años de carrera. El joven ya había acompañado a la artista en otras etapas de su vida, incluida la temporada en la que la colombiana vivió en Barcelona tras su separación de Gerard Piqué. En ese contexto, su presencia en el tour se leía como una extensión natural del núcleo de apoyo familiar que rodea a la barranquillera.
Hasta el momento, Shakira no ha emitido un comunicado oficial sobre el tema. En medio de una agenda cargada por los conciertos y proyectos paralelos —incluida su participación en producciones de Disney— la artista se ha mantenido enfocada en los hitos musicales del tour, que inició en Sudamérica y ha consolidado la imagen de la cantante como una de las representantes más importantes de Colombia en el mundo. Su equipo de comunicaciones tampoco ha ofrecido detalles adicionales sobre la decisión interna.
Lejos de mostrar resentimiento, Tarik optó por un tono conciliador. Aseguró que guarda gratitud por haber hecho parte de “uno de los proyectos más grandes de la industria musical en este momento” y no cerró la puerta a seguir vinculado al entretenimiento, aunque no necesariamente desde el entorno familiar. En ciudades colombianas como Barranquilla, Medellín o Bogotá, donde el impacto de la carrera de Shakira es seguido de cerca, el episodio deja preguntas sobre los desafíos de mezclar familia y trabajo en proyectos de dimensión global.
La salida de Tarik Mebarak del tour “Las mujeres ya no lloran” refleja las tensiones que se viven detrás del escenario en las grandes producciones musicales y revive el debate sobre qué tan sano es trabajar con familiares en proyectos de alto perfil. Para muchos seguidores de Shakira en Colombia y América Latina, este episodio es una ventana a la exigencia que rodea a una gira mundial de la barranquillera, que sigue consolidando su carrera mientras ajusta, también, su equipo más cercano.






