Buscan aportar a investigaciones sobre demencia frontotemporal
Desde 2022, cuando se hizo público que Willis padecía afasia, el actor se retiró de los rodajes y se concentró en su vida familiar. Un año más tarde, sus allegados comunicaron que la condición había derivado en una demencia frontotemporal, lo que explicaba los cambios en su capacidad de comunicación y en su comportamiento cotidiano.
La DFT es un conjunto de trastornos neurodegenerativos que afectan principalmente los lóbulos frontal y temporal del cerebro, regiones asociadas con el lenguaje, la conducta y la personalidad. A medida que estas zonas se atrofian, los pacientes pueden presentar dificultades para comunicarse, alteraciones en su carácter y problemas para relacionarse con su entorno.
De acuerdo con la información recopilada por la familia y citada en el libro de Emma Heming, la donación del cerebro del actor busca ofrecer a los científicos material de estudio que permita entender mejor qué ocurre en esta enfermedad a nivel microscópico, como la acumulación de proteínas anómalas o las mutaciones genéticas asociadas.
Para los Willis, convertir el sufrimiento privado en una posibilidad de avance médico es una manera de honrar la trayectoria del actor, quien durante décadas fue referente de grandes franquicias como Duro de matar y de personajes que marcaron generaciones de cinéfilos en todo el mundo.
La familia ha optado por mantener una comunicación constante con el público. Sus hijas mayores, su exesposa Demi Moore y su actual pareja han usado redes sociales y comunicados oficiales para describir, con honestidad, cómo la enfermedad ha ido cambiando la dinámica familiar y el día a día del actor, sin caer en el morbo.
En varios de esos mensajes, Rumer Willis ha contado momentos especialmente duros, como las visitas en las que su padre no logra reconocerla, pero también ha resaltado que el amor y el contacto físico siguen siendo un puente cuando las palabras ya no alcanzan. La familia insiste en que, incluso en medio del deterioro, todavía perciben “chispazos” del hombre que conocen.
La decisión de donar el cerebro de Bruce Willis se suma a un reducido grupo de casos en los que familias de pacientes con enfermedades neurodegenerativas eligen aportar directamente a la ciencia. Organizaciones especializadas en DFT destacan que estas donaciones son claves para mejorar los diagnósticos, desarrollar tratamientos y, eventualmente, abrir la puerta a terapias más efectivas.
La confirmación de que el cerebro de Bruce Willis será donado a la ciencia tras su muerte no solo refleja el impacto devastador de la demencia frontotemporal en el actor y su familia, sino que también visibiliza una enfermedad poco conocida, que suele afectar a personas en edades productivas y que, por ahora, no tiene cura.
Al apostar por la investigación científica, la familia del protagonista de Duro de matar envía un mensaje poderoso a otras familias que conviven con la DFT: el dolor puede transformarse en legado. En un futuro, los hallazgos obtenidos a partir del estudio de su cerebro podrían ayudar a miles de pacientes en el mundo, convirtiendo esta difícil decisión en un aporte histórico para la neurología y la lucha contra las demencias.






