Un gesto de 20 segundos que reduce hasta un 50% el riesgo de enfermedades infecciosas
Lavarse las manos con agua y jabón continúa siendo una de las medidas de prevención más efectivas para evitar la propagación de virus y bacterias. Aunque parece un gesto cotidiano, diferentes organismos de salud insisten en que hacerlo correctamente puede marcar una diferencia significativa en la reducción de enfermedades respiratorias y gastrointestinales, especialmente en temporada de altas infecciones.
Los expertos señalan que el lavado debe durar al menos 20 segundos y cubrir toda la superficie de las manos: palmas, dorso, dedos, uñas y muñecas. Este proceso simple elimina la mayoría de los gérmenes que adquirimos al tocar superficies contaminadas, manipular alimentos o tener contacto con otras personas. Dejarlo de lado aumenta las posibilidades de contagio en espacios públicos como colegios, transporte o centros de trabajo.
El hábito es aún más importante en niños y adultos mayores, quienes presentan mayor vulnerabilidad frente a enfermedades. Por eso, instituciones educativas y entidades de salud adelantan campañas permanentes para reforzar esta práctica, recordando que el lavado debe realizarse antes de comer, después de ir al baño, al llegar a casa y tras toser o estornudar.
