Un documento de más de 30 páginas revisa ingresos, retiros y consumos del mandatario entre 2023 y 2025
El historial financiero del presidente Gustavo Petro quedó bajo la lupa luego de que se conociera un informe reservado de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), elaborado tras el llamado público del propio mandatario para que se revelaran sus cuentas. El documento, fechado el 17 de junio de 2025, recopila en más de 30 páginas los movimientos bancarios del jefe de Estado entre 2023 y mediados de 2025, con especial énfasis en sus ingresos oficiales, el uso de productos financieros y la trazabilidad de gastos en Colombia y el exterior.
De acuerdo con el informe, Petro mantiene cuentas en entidades como Scotiabank, BBVA, Banco Agrario, Confiar y Sudameris, aunque solo dos de esos productos presentan una actividad relevante durante el periodo analizado. Uno de ellos corresponde a una cuenta AFC (Ahorro para el Fomento de la Construcción), utilizada para atender las cuotas hipotecarias de un inmueble ubicado en el conjunto Hacienda Fontanar, en el municipio de Chía, Cundinamarca, una de las zonas residenciales de mayor valorización en la sabana de Bogotá.
En el capítulo de ingresos, el reporte consigna que el Ministerio de Hacienda giró a las cuentas del presidente más de 1.124 millones de pesos entre 2023 y mediados de 2025 por concepto de salario presidencial. Las consignaciones mensuales, según queda consignado, oscilan entre 26 y 48 millones de pesos, de acuerdo con el periodo y ajustes correspondientes. El documento aclara que la trazabilidad se concentra en ese intervalo de tiempo y no incluye información previa a 2023, en particular la de 2022.
Otro punto detallado por la UIAF tiene que ver con las autorizaciones para el uso de tarjetas débito asociadas a los productos del mandatario. Tres personas de confianza figuran con permisos para realizar retiros y movimientos: Jesusita Quirós, Laura Sarabia y Angie Rodríguez, identificadas como colaboradoras cercanas al presidente. El informe se limita a registrar estas autorizaciones, sin entrar a evaluar el rol político o administrativo que cada una desempeña en el círculo de poder de la Casa de Nariño.
En cuanto a los egresos, el documento describe una serie de débitos automáticos que corresponden al pago de servicios públicos, cuotas escolares y planes de salud, que se cargan de manera periódica a las cuentas del jefe de Estado. Estos consumos, de carácter recurrente, se presentan como parte del flujo normal de gastos de un hogar de altos ingresos, y son uno de los componentes más constantes en el historial analizado por los equipos de inteligencia financiera.
Sin embargo, la sección que más atención ha despertado en la opinión pública es la que relaciona compras y consumos asociados a marcas de lujo y establecimientos en el exterior. La UIAF registra transacciones con reconocidas casas como Gucci, Prada y Ralph Lauren, así como adquisiciones realizadas en comercios de Portugal e Italia. Aunque el documento se limita a describir los movimientos, estos gastos abren interrogantes sobre el estilo de vida del mandatario y su compatibilidad con la narrativa de austeridad en el ejercicio del poder.
Una de las menciones que más eco ha tenido en redes sociales es la de un consumo vinculado a Ménage Strip Club, descrito como un establecimiento para adultos. La simple aparición de ese nombre en un informe financiero oficial ha generado un intenso debate digital, con interpretaciones, críticas y defensas cruzadas sobre el significado de la transacción. Mientras el país discute el contenido del reporte, el documento de la UIAF se convierte en un insumo clave para la conversación sobre transparencia, uso de recursos personales y estándares éticos que se exigen a quien ocupa la Presidencia de la República.
El informe de la UIAF sobre los movimientos bancarios del presidente Gustavo Petro, que recoge salarios, créditos de vivienda, compras en marcas de lujo y consumos en Colombia y el exterior, se suma al debate sobre transparencia y rendición de cuentas en la Casa de Nariño. En un contexto político marcado por la polarización, los detalles del historial financiero del jefe de Estado se convierten en tema central de discusión en Bogotá, Chía y el resto del país, y anticipan nuevas controversias alrededor de las finanzas personales de los altos funcionarios y los estándares de control que la ciudadanía espera frente al manejo del dinero público y privado.
