El crimen estaría ligado a disputas entre grupos armados que se disputan rentas ilegales en el Caribe colombiano
La tranquilidad habitual de las noches en el barrio La Victoria, en Ciénaga, Magdalena, se rompió el sábado 15 de noviembre con un ataque armado dentro del Disco Bar Café Paraíso, un establecimiento ubicado en una zona comercial cercana a la Troncal del Caribe. Según los reportes preliminares, hacia las 8:50 de la noche varios hombres armados irrumpieron en el lugar y abrieron fuego contra un grupo de clientes que compartía en una mesa, dejando un saldo de tres personas muertas y otra más herida.
De acuerdo con la información conocida por la prensa local, los presuntos sicarios llegaron en motocicletas y habrían fingido interés por algunas mujeres que se encontraban dentro del bar, con el fin de pasar desapercibidos antes de ejecutar el ataque. Una vez en el interior del negocio, dos de los hombres se dirigieron directamente a una de las mesas, mientras un tercero permanecía en el pasillo custodiando la entrada para garantizar la huida. Segundos después, los agresores dispararon de manera indiscriminada contra las víctimas, sin cruzar palabra ni provocar discusión previa.
Dos de los hombres asesinados fueron identificados como Antonio José Peláez Álvarez, de 43 años, y Luis Alberto Gutiérrez Cantillo, de 28, ambos con raíces en municipios del Magdalena y el Caribe. Sobre la tercera víctima mortal, las autoridades aún adelantan las diligencias para establecer plenamente su identidad y notificar a su familia. La persona que resultó herida fue identificada como Joaquín Segundo Cueto Mejía, de 42 años, quien fue trasladado de urgencia a un centro asistencial, donde recibe atención médica por las lesiones causadas por proyectil de arma de fuego.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran que las víctimas se encontraban juntas al momento del ataque, lo que refuerza la hipótesis de que se trató de un ataque dirigido y no de un hecho al azar. Junto a los cuerpos, los atacantes dejaron un mensaje intimidante escrito en un papel, en el que se leía: “Acá mandamos nosotros. Cero Golfo. Katerine y negrito vamos por ti”, una frase que las autoridades interpretan como una advertencia directa en medio de la disputa entre bandas criminales que operan en la región.
Tras conocerse el ataque, la Policía Metropolitana de Santa Marta informó que un equipo especializado de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), en coordinación con unidades de Inteligencia Policial, adelantó la inspección técnica al lugar, la recolección de elementos materiales probatorios y el análisis de cámaras de seguridad del sector. El objetivo es identificar a los responsables, establecer su ruta de escape y confirmar si contaron con apoyo externo para planear y ejecutar la masacre.
Las primeras hipótesis apuntan a que el ataque estaría relacionado con las disputas por rentas criminales en el Magdalena entre el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN o ‘pachencas’), grupos señalados de mantener un pulso violento por el control de territorios estratégicos para el tráfico de drogas, extorsiones y otras economías ilegales. Organizaciones de derechos humanos en la región han advertido que hechos como el ocurrido en Café Paraíso son una expresión de esa confrontación y han pedido acciones urgentes del Estado para frenar la escalada violenta.
En Ciénaga, habitantes y comerciantes del barrio La Victoria expresan temor ante la posibilidad de nuevos ataques y aseguran que la presencia de hombres armados en bares y esquinas se ha vuelto más frecuente. El episodio en Café Paraíso se suma a un panorama de inseguridad que, según reportes recientes, ya deja decenas de homicidios en el municipio en lo corrido del año, lo que ha encendido las alarmas sobre la capacidad institucional para garantizar la protección de la población civil.
La masacre en el Disco Bar Café Paraíso de Ciénaga vuelve a poner bajo la lupa la crisis de seguridad que vive el Magdalena y, en particular, los barrios populares cercanos a la Troncal del Caribe. Mientras las autoridades avanzan en la identificación de los responsables y en el esclarecimiento del ataque, las familias de las víctimas piden justicia y mayor presencia institucional. Lo ocurrido en La Victoria refuerza el llamado de la comunidad para que se refuercen los operativos en bares, estaderos y zonas de rumba de Ciénaga, con el fin de evitar que nuevas noches terminen marcadas por la violencia.






