Estados Unidos señala conflicto con gobierno Petro
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó declaraciones contundentes sobre la situación en Colombia durante una conferencia de prensa a bordo del Air Force One el 14 de noviembre de 2025. En medio de preguntas sobre Venezuela, el mandatario estadounidense admitió tener “un problema en Colombia”, aunque evitó revelar detalles específicos sobre posibles acciones futuras.
Las afirmaciones ocurren en un contexto de tensión diplomática creciente entre Washington y Bogotá. La administración Trump ha expresado su desacuerdo con las políticas del presidente Gustavo Petro en materia de lucha contra el narcotráfico, particularmente respecto a la erradicación de cultivos ilícitos.
Esta nueva declaración se suma a una serie de intercambios entre ambos gobiernos que han escalado progresivamente. Colombia enfrenta ahora la posibilidad de enfrentar medidas económicas y políticas más severas por parte de Estados Unidos.
La declaración de Trump se produjo cuando periodistas le preguntaron sobre sus próximos pasos respecto a Venezuela. Con su característico estilo ambiguo, el presidente respondió: “Sí, me he dado cuenta. No te puedo decir qué será, pero me he dado cuenta”. Fue entonces cuando mencionó explícitamente a Colombia, señalando la existencia de un problema que requiere atención.
La administración estadounidense ha criticado las políticas antidrogas del gobierno de Petro desde que este asumió el poder en 2022. Washington considera que Colombia ha cambiado su enfoque de manera contraproducente, abandonando estrategias tradicionales de erradicación forzada por métodos de sustitución voluntaria de cultivos.
Datos de la ONU indican que Colombia mantiene aproximadamente 253.000 hectáreas sembradas de hoja de coca. La producción de cocaína aumentó un 10 por ciento entre 2022 y 2023, consolidando al país como el principal productor mundial de esta droga. Estas cifras alimentan la narrativa estadounidense sobre el fracaso de las políticas de Petro.
El conflicto bilateral se ha intensificado por los ataques militares estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico. Desde hace más de dos meses, fuerzas estadounidenses han realizado al menos 19 operaciones contra navíos que supuestamente transportan drogas, resultando en al menos 70 muertes según diferentes fuentes.
Petro ha calificado estas acciones como violaciones al derecho internacional y ejecuciones extrajudiciales. El presidente colombiano insiste en que los métodos deben incluir interdicción, captura de sospechosos y procesos judiciales, no ataques letales directos. Esta diferencia fundamental de enfoque marca el corazón del desacuerdo entre ambas naciones.
La situación se complica con las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Trump ha amenazado con cortar toda ayuda a Colombia, que históricamente ha sido de aproximadamente 450 millones de dólares anuales. Además, el gobierno estadounidense incluyó a Petro y miembros de su círculo cercano en la lista de sanciones de la OFAC.
Colombia también enfrenta la amenaza de nuevos aranceles comerciales anunciados por Trump. La combinación de medidas políticas, económicas y ahora posibles acciones adicionales crea un escenario de incertidumbre para el país sudamericano. La mención explícita de Trump sobre “tener un problema” sugiere que la administración estadounidense podría estar considerando medidas más contundentes en el futuro cercano.
Las declaraciones de Trump marcan un nuevo capítulo en una relación bilateral cada vez más deteriorada. La ambigüedad calculada del presidente estadounidense deja abierta la puerta a múltiples escenarios, desde sanciones económicas más severas hasta posibles acciones de otro tipo. Los analistas coinciden en que esta situación podría tener repercusiones significativas no solo para Colombia, sino para toda la región latinoamericana.
Mientras tanto, Colombia se prepara para enfrentar las consecuencias de esta relación negativa con su aliado histórico más importante. El gobierno de Petro mantiene su postura de defender la soberanía nacional y rechazar lo que considera interferencia extranjera, aunque esto signifique asumir costos económicos y políticos considerables. El desarrollo de esta crisis bilateral será uno de los temas más relevantes en las relaciones hemisféricas durante los próximos meses.






