Home / Actualidad / Vida de lujo de Verónica Alcocer en Suecia

Vida de lujo de Verónica Alcocer en Suecia

La estancia en Suecia de la esposa de Gustavo Petro coincide con las sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y su inclusión en la Lista Clinton

El periódico sueco Expressen encendió una nueva polémica en Colombia al publicar un reportaje sobre la vida que estaría llevando Verónica Alcocer, primera dama, en Estocolmo. Según el medio, Alcocer reside desde hace aproximadamente un mes en Suecia y se mueve en círculos de alto poder adquisitivo, con cenas en restaurantes exclusivos y fiestas privadas. Caracol Radio retomó el contenido y lo confirmó al aire en su programa 6AM, a través de la periodista Vanessa de la Torre, quien explicó que el reporte describe una rutina de eventos sociales y encuentros con millonarios.

La llegada de Alcocer a Europa se produce en un contexto especialmente sensible: su nombre, junto al del presidente Gustavo Petro y el ministro del Interior Armando Benedetti, fue incluido por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en la llamada Lista Clinton, lo que implica sanciones económicas y restricciones financieras.

De acuerdo con las versiones conocidas, la primera dama habría optado por instalarse temporalmente en la capital sueca mientras se resuelven las tensiones diplomáticas y se aclaran los alcances de las medidas norteamericanas.

 El reportaje asegura que se la ha visto en reuniones sociales donde circula champaña y se comparten cenas de alto costo, en compañía de empresarios y figuras reconocidas de la élite sueca. Algunos de ellos, de acuerdo con la prensa local y colombiana, están ligados a sectores como el champán, la relojería de lujo y la industria del maquillaje, lo que refuerza la idea de un entorno marcado por el lujo.

Uno de los escenarios que más llama la atención es el club privado Noppes, en Estocolmo, donde, según el mismo tabloide, Alcocer ha sido vista en más de una ocasión. El lugar fue fundado por el conde Carl Adam “Noppe” Lewenhaupt, amigo del rey Carlos XVI Gustavo, y es conocido por reunir a miembros de la realeza, millonarios y celebridades.

El reportaje sostiene que la primera dama se habría integrado a este círculo, asistiendo tanto a fiestas privadas como a encuentros más reservados.

Dentro del grupo de personas con las que se le vincula aparecen nombres como Kristofer Ruscon, propietario de la marca de champán Hatt et Söner; su pareja Sofia Strand, fundadora de la empresa de maquillaje Pixi; y el magnate relojero Olof Larsson, dueño de la firma Nymans Ur, junto a su esposa Danielle Larsson.

Todos ellos están asociados a sectores de alto consumo y lujo, lo que refuerza el contraste entre el perfil institucional de la primera dama y el entorno social descrito por la prensa sueca.

El reportaje también recuerda que Alcocer ya había estado en Suecia en 2024, cuando acompañó al presidente Petro en una visita oficial que incluyó un encuentro con el rey y la reina, y que habría viajado en otra oportunidad para estudiar inglés.

Esa trayectoria previa ayuda a entender los vínculos que hoy se describen en Estocolmo, así como su familiaridad con determinados espacios de la capital sueca.

Mientras tanto, en Colombia, la controversia llegó de inmediato al debate público. Medios como Semana y El País han retomado los detalles del reportaje y han subrayado que Alcocer no tiene un salario formal del Estado, aunque sí ha encabezado agendas oficiales y ha contado con un equipo de apoyo financiado con recursos públicos, lo que alimenta preguntas sobre la separación entre sus finanzas privadas y los gastos derivados de su papel como primera dama.

El presidente Gustavo Petro, por su parte, ha defendido públicamente a Alcocer, asegurando que no gasta “ni un peso del erario” y que su vida en Europa no se sostiene con recursos provenientes del presupuesto nacional.

 En medio de esa tensión, el caso de la primera dama en Suecia se ha convertido en un símbolo de la disputa por la transparencia, la ética pública y los límites entre lo privado y lo institucional en la Casa de Nariño.

La versión sueca sobre la vida de Verónica Alcocer en Estocolmo —con cenas privadas, clubes exclusivos y un círculo de millonarios— abrió un intenso debate en Colombia sobre transparencia y uso de recursos públicos. Mientras el presidente Petro insiste en que la primera dama no utiliza dinero del erario, el reporte de Expressen, retomado por Caracol Radio y otros medios, pone bajo la lupa las finanzas, los viajes y el rol institucional de Alcocer, en un momento marcado por su inclusión en la Lista Clinton y la mirada internacional sobre la Casa de Nariño.

Deje un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *